Esta cobija es una muestra de cómo las tradiciones textiles pueden ser afectadas por factores económicos. En 1938 fue donada al Smithsonian como un textil navajo, sin embargo, su tamaño, fleco, motivo central en forma de diamante dentado y las franjas compuestas por rayas en los extremos, demuestran que es una pieza hispana de Nuevo México.
Esta confusión se debió en parte al deseo de los tejedores hispanos por incrementar las ventas de sus textiles a los turistas. La mayoría de éstos consideraban los textiles indígenas más auténticos que los hispanos, razón por la cual los tejedores hispanos comenzaron a producir textiles con diseños y colores como se ven en la cobija ilustrada aquí, los cuales coincidían con el estereotipo que los turistas tenían de los textiles indígenas.
